jueves, 25 de agosto de 2011

Chiste interno


Esta es la Semioscopis avellanella según reza la ficha descubierta por Hübner en 1793, y nosotros inventadonos el agua tibia en el 2009.

¡Para que se note nuestra inspiración en la naturaleza!

Historias de Fulano de Tal

Lenguas romances

Fulano de Tal decidió leer la Divina Commedia en italiano,  edición de lujo, con notas menudas en inglés, que en conjunto son como una enciclopedia medieval, y que le regaló un amigo esnobista que viajó a Italia y se la robó a un mercader de bagatelas. Cuando estaba leyendo Il Purgatorio, por allá en la página 203, impresa en papel Kimberly texturizado, se acordó de que no sabía leer en italiano, y de que tampoco era esnobista, que son las únicas dos razones que Fulano se imagina que existen para leer la Divina Commedia en italiano. Después de semejante revelación, se paró molesto, y puso el libro edición de lujo de pasta dura, forrada en cuero de yak, en la biblioteca de la sala, debajo de la repisa del televisor, que es a donde van a parar todos los libros que no sirven para nada. Lo puso con el lomo de para dentro, para que nadie viera el título y se lo pidiera prestado.
24 de Agosto, 2011.
Aniversario del nacimiento de Borges.

David Zuleta

martes, 23 de agosto de 2011

Historias de Fulano de Tal

La felicidad siniestra

Fulano de Tal es zurdo en el fondo. Canta como si fuera zurdo, hace la fila del cine como  si fuera zurdo, usa el reloj como si fuera zurdo y también se esfuerza en leer como zurdo.  Desde niño se ha sentido zurdo, pero sabe que nació atrapado en el ominoso cuerpo de un diestro. El 3 de Noviembre, en la página 7 del periódico local, saldrá publicado el clasificado de un médico que ideó una cirugía experimental  de “cambio de cuerpo”, pensada para toda esa población del  mundo que se siente condenada a un cuerpo que no le pertenece. El único riesgo, asegura el médico en una entrevista exclusiva, es que la cirugía es tan efectiva que los que se someten a ella podrían empezar equivocadamente a pensar que son diestros atrapados en el cuerpo de un zurdo. 

3 de Noviembre a las 8 AM: Fulano de Tal está leyendo el periódico local en la página 7. 

David Zuleta

viernes, 19 de agosto de 2011

Reflexiones sobre la cultura material 3

“Amantes de la belleza formal y de la inutilidad potencial”
La Navaja del Ejercito Suizo  fue la multiherramienta de la sociedad industrial. El Smartphone parece ser su equivalente en la sociedad de la información. Aquella fue diseñada para la supervivencia en la guerra y ha sido apropiada contemporáneamente por una especie de bricoleur doméstico, por algún usuario aventurero o por un nostálgico coleccionista. El Smartphone, por contraste se consume bajo el imperativo de una supervivencia en los negocios (en todo caso, siempre queda la sospecha de la metáfora bélica) o de un entretenimiento sofisticado. Diversidad, ingenio, hiper-, multi-, poli-, todos recursos verbales que pertenecen a la retórica de la síntesis: All in one. All in a single unit. El Frankenstein de los artefactos: un agregado de tecnologías PDA, celular y computadora. El universo entero resumido en un objeto que cabe en el bolsillo. El diseño miniaturizado. La apoteosis de la mano como escala del objeto técnico. “La eficiencia liberada del espacio”.

Pensar en el Smartphone es como ver la materialización extravagante del gadget de Baudrillard. Su sentencia de que “para cada operación tiene que haber un objeto” se puede reformular así, “para cada operación tiene que haber un app”: abundan,  se propagan, se crean con funciones extraordinariamente específicas, que a la postre terminan siendo perfectamente inútiles: Face Mapping, Calorie Counter, MyLifeOrganized, WorldMate, Sky Map, Localicious, Apparatus, HNHSoft 2Go Talking Phrase Books, DivX Mobile Player v0.93, y ésta otra con un nombre que encierra toda la filosofía de los apps: Doit (Tomorrow) the todo app for procastinators.

Sin embargo, la mistificación futurista del gadget, todavía permanece elusiva al Smartphone. Se trata del cuerpo-gadget, el cyborg, El Inspector Gadget. La personificación del artificio, que caracteriza la ensoñación funcional integrada y, con paradójica comedia, también la torpeza. El Smartphone, en cambio es externo: Un apéndice, “una extensión del cuerpo” en la terminología de McLuhan, pero nunca una in-corporación. Lo interesante es tratar de definir qué parte del cuerpo se extiende. El telescopio era una prolongación del ojo, pero el Smartphone se propone como la extensión del sistema nervioso. La prótesis de la inteligencia cerebral: ¡no en vano se denomina Smart-!. Procesa, organiza, comunica, optimiza la creatividad. Y en eso radica su segunda diferencia con el Inspector que se asemeja más a la Navaja del Ejercito Suizo, con un sinnúmero de prótesis mecánicas, hélices, lupas, encendedores, destornilladores; en suma,  una caja de herramientas portátiles. El Smartphone, por el contrario es pura información. Se nos aparece comercialmente bajo la oferta de un plan de datos. El hombre al que da lugar ya no es un Homo Faber, o fabricante manual, sino un intelecto informático con pulgares diestros. Aún más, también sería una especie de Homo Ludens, que se entretiene y se interesa en la diversión. De hecho, el apartado de Baudrillard sobre el gadget en La sociedad de Consumo, se titula justamente El gadget y lo lúdico. “Un juego con las posibilidades combinatorias”, la exploración laberíntica de las funciones, la fascinación por la innovación acelerada, el descubrimiento infantil, y la manipulación, la curiosidad vaga o apasionada por el «juego» de los mecanismos, el juego de los colores, el juego de las variantes” “pero que no alcanza ni puede alcanzar la libertad simbólica que tiene el juguete para el niño”.

David Zuleta

Bibliografía Sugerida.
Baudrillard, J. (2009 [1970]) La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras. Madrid: Siglo XXI Editores.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Reflexiones sobre la cultura material 2

El haiku de las telecomunicaciones

Al contrario de los planes de voz, que ofrecen comunicación y cobran tiempo[1], los SMS sí emplean unidades propias de la escritura (caracteres) para establecer su modelo de negocio. Aunque siempre se podría sugerir un razonamiento sutil y decir que los planes de texto venden espacio (la escritura es espacial). El espacio confinado de una pantalla de 3 x 2 cm. Sin embargo, en última instancia es mejor decir que lo que se cobra es un número de bits de información que ocupan un espacio virtual, no real. 

Pero los SMS también modelan la comunicación del mismo modo que la telefonía de voz. La escritura que soportan  puede ser caracterizada como un enunciado telegráfico, sintácticamente más simple (con ausencia de preposiciones, de oraciones subordinadas, de conectores causales, etc.) y con varios tratamientos ortográficos y morfológicos que le añaden un tono lúdico y práctico a la vez.

Existe incluso la tentación de pensar en el nacimiento de un género discursivo. El haiku de las telecomunicaciones. Pero para que los SMS sean considerados un género deberíamos ser capaces de identificar una serie de rasgos como: 


Extensión: aproximadamente 160 caracteres por mensaje, dependiendo de la marca y modelo del celular.
Tema: existe una nómina virtualmente infinita de posibles temas, sin embargo, los diseñadores de contenidos, han propuesto algunos mensajes prefabricados, presumiblemente basados en alguna investigación de mercados: “Estoy en reunión", "Llámame más tarde”, “Llegaré tarde", "Estaré allí a las …” “Nos vemos en…” etc.
Registro: enunciación en segunda persona, un tono informal, íntimo, plagado de marcas de subjetividad. 

No obstante, ninguno de esos rasgos parece ser suficiente para la institucionalización de un nuevo género. Se requiere de una cierta legitimidad social que los SMS aún no tienen. En otras palabras, sería necesario que una suerte de tribunal social, con autoridad para decidir lo que es un género, autenticara esta modalidad de escritura y la declarara parte de los tipos de discursos que usamos: crónica, autobiografía, carta, etc. 


Lo que realmente importa es que, pese a que no tenemos un nuevo género discursivo, el celular sí parece tener el poder de disciplinar nuestras interacciones, modelando nuestros hábitos comunicativos. Al decir de Paula Sibilia, estamos ante la sociedad más alfabetizada de todos los tiempos. En parte, claro, gracias a los SMS: Leemos más, pero en pequeñas dosis. Píldoras  textuales. O, para decirlo de otro modo, dejamos de ser lectores intensivos (que leen y releen pocos documentos), para convertirnos en lectores extensivos, expuestos a una proliferación desmesurada de textos de extensiones acotadas. 


Bibliografía sugerida
Sibilia, P. (2008) La intimidad como espectáculo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

David Zuleta


[1] Ver Reflexiones sobre la cultura material 1. Minutos a $200

Reflexiones sobre la cultura material 1

Minutos a $200



Es fácil pensar que el negocio de la telefonía es la comunicación. Sin embargo, todos sabemos que el discurso económico de los operadores telefónicos no hace sino ofertar tiempo. “Tiempo al aire”. Y el advenimiento de la tecnología celular se estableció bajo el mismo principio que su predecesor de telefonía fija, introduciendo una diferencia de grado y no de cualidad.  En otras palabras, el verdadero contraste entre una tecnología y la otra, es que el celular le impone al usuario una conciencia intensificada de la duración de una llamada, porque integra un temporizador. Nuestra voz se mide en tiempo. 

Así que la comunicación queda enmarcada en una economía temporal aunque, informacionalmente, la verdadera transacción ocurre en términos de señales que van de un emisor a un receptor, según el célebre modelo Shannon y Weaver. Semióticamente, el producto incorpora incluso un código y un feedback. Y técnicamente lo que existe son frecuencias distribuidas a lo largo de células o celdas localizadas en toda la ciudad.  Pero ningún operador establece sus tarifas basados en el número de señales, o  de feedbacks que se pueden contar durante una interacción telefónica. Tales unidades resultan ineficientes, porque no existe un soporte tecnológico y una teoría suficientemente desarrollada que las mida en tanto que magnitudes discretas, al menos, no sin irrumpir en la privacidad de los participantes. El tiempo sin embargo es una noción mensurable y convencional. La paradoja entonces radica en que un negocio que vende telecomunicaciones, cobra tiempo. Alguien está equivocado: o los operadores no saben nada de las teorías comunicativas, o esas teorías no han sabido incorporar el tiempo en sus modelos. 

La consecuencia final de esa confusión es que el tiempo como unidad de medida impacta nuestro modo de hablar por teléfono. Todas las estrategias de interacción deben ajustarse a una línea temporal, de por ejemplo cinco minutos, según lo prescriben algunos planes de telefonía de voz prepago. Dentro del marco de esos planes, el usuario debe suspender la interlocución, generando estrategias verbales de interrupción y reanudación de los turnos de habla. Los hablantes integran un repertorio de recursos discursivos para colgar y/o restablecer el dialogo. Hablamos entrecortadamente. La duración de lo que decimos es proporcional a nuestro presupuesto. Nada nuevo. Solo que ahora está cronometrado.

Bibliografía sugerida 

Castells, M. Fernández M. Linchuan J. Sey, A. (2007) Comunicación móvil y sociedad, una perspectiva global. Barcelona: Ariel – Fundación Telefónica.

Woodward, I. (2007). Understanding Material Culture. London: SAGE Publications Ltd. 

David Zuleta

martes, 16 de agosto de 2011

El Plural en los textos

 
Me encontré con la promo kumbinalo sin embargo al destapar el contenedor superior (cuando se compra viene una bolsa) me encontré sólo con un bimbolete, en la etiqueta dice «Kumis el original con Bimboletes» además aparecen 3 bimboletes fotografiados, al abrir la bolsita esperaba encontrarme con tres bimboletes y no sólo uno
Aunque me gustó la kumbinación me sentí tumbado, ingenuamente esperaba los tres bimboletes.

No sé cual pueda ser el argumento aquí: 
  1. El bimbolete es gratis
  2. En este cartel aparece uno, aunque en el empaque final uno no vea cuantos trae
  3. El plural solo aplica para ciertos casos
  4. A estas alturas sigo pidiendo peras al olmo

No sé pero me sigo sintiendo tumbado





Código QR

Hola, este es nuestro código QR, para los que usan la BB 

lunes, 8 de agosto de 2011

Historias de Fulano de Tal

Historias de Fulano de Tal

Otro Cliché (otrO1 Chiclé)

En un lugar de Bogotá, de cuyo nombre no quiero olvidarme, dos bebes de nombre cualquiera; Fulano y Zutano, Rómulo y Remo, Castor y Pólux, nacen en el mismo lugar, a la misma hora del mismo día, pero de madres distintas, la una pobre y la otra rica. Con torpeza, la enfermera los confunde en la sala de maternidad, intercambiando sus nombres, para luego entregarlos por error a sus madres correctas. Desde entonces los bebes comparten destinos cruzados.
1. Este “otrO” está silabeado al revés, pero a nadie le importa.

Nada es lo que creen

9.00 de la noche: reloj de la tiendita de en frente del Antiguo acueducto de la Avenida de Chapultepec. Fulano de Tal la despoja de tanta ropa y de tanta espera y le lame la epidermis desnuda. Ha ansiado  todo el día que todos se vayan para comérsela: —al fin sol0s chaparrita cuerpo de uva—. Su jefe lo descubre y le recuerda el versículo 3 del  capítulo 3 del Génesis —“…Del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis”—. El jefe lo expulsa del paraíso por comerse las frutas de la Fruit Company S.A.

La Industria Editorial

Fulano de Tal viaja a Ecuador, donde escribe una novela intitulada “Sin Melones no Hay Paraíso”. El título de la novela es censurado en Colombia y tiene que ser traducido para poder entrar al mercado local.


Reggaetón Zanahorio  by Fulanito de Tal

Showtime¡  tres días después de habernos conocido Simona y yo, le dije yo, mira aquí  petit bombón, no te ensucies ni el delantal ni el corazón. Ahí tienes el aceite, el azúcar las nueces, solo falta la acción.  Solo añade choclo meclo a la salsa y no dejes que cloquee el reloj ni uses ingredientes clon. En un cucharón con agua hirviendo, añade condimento, escalda las mollejas y frita el chicharrón. Agrega zanahoria en el horno engrasado y haz que todo quede bien guisado

360º F, el plato se sirvió en el salón.
“450 recetas de la gastronomía latinoamericana en un libro”

In-nominado al Nobel de literatura, solo por firmar:
Fulano de Tal
 



David Zuleta