Del despilfarro de los deseos.
A Juan Camilo C.
La mesera se acerca a la mesa 15, donde está Fulano de Tal sin saber que es la mesa 15. En silencio, comienza a recoger toda la platería que tiene reminiscencias orgánicas de una cena saludable. Cuando termina de levantar todo, pregunta:
—¿Desea algo más señor?
Fulano contesta con una sonrisa entre amable y ladina
—Deseo que escampe.
De súbito, la lluvia, que era desmesurada, cesa y Fulano voltea a ver a la mesera respirando confundido. Ella lo mira con una sonrisa entre amable y ladina y le dice:
—Ya solo le quedan dos, señor.
David Zuleta Soriano
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